Previamente, el Lloctinent General nos ilustró acerca de la vida de Fray Bonifacio Ferrer, hermano de nuestro venerado San Vicente Ferrer.
Al término de la liturgia y tras disfrutar de las vistas de la sierra, nos trasladamos a la capital del Alto Palancia, Segorbe, donde teníamos preparada una completa agenda cultural.
La primera visita tuvo como objetivo el espléndido museo catedralicio, situado en los claustros de dicha catedral y, seguidamente, la Basílica-Catedral segorbina. Tras las explicaciones de rigor del guia del museo pudimos recorrer tranquilamente todas las capillas del museo, donde pudimos admirar las grandes obras allí expuestas, sin faltar como no podía ser de otra manera el magnífico cuadro de Vicente Masip con la espectacular imagen de San Vicente Ferrer, el cual se conoce como "San Vicente el viejo", ya que es de las pocas obras donde se representa al santo valenciano en edad avanzada.
Tras estupenda visita, nos estaban esperando las criptas de la Seo, recientemente abiertas al público y que gracias a la generosidad del ayuntamiento de Segorbe tuvimos abiertas sus puertas, así como la disponibilidad de una guía que nos fue revelando todo lo concerniente a la historia de las riquezas artísticas allí custodiadas.
Con tanta caminata, y siendo ya la hora de reponer fuerzas, todos los asistentes tuvimos la posibilidad de apreciar la magnífica cocina de la zona disfrutando de un plato típico como es la Olla Segorbina.
Y por la tarde, después de la sobremesa, todavía quedaba algo, puesto que una vez más, gracias a la gentileza del ayuntamiento de la localidad, se nos abrieron las puertas de uno de los museos más especiales: el centro de interpretación de la Entrada de toros y caballos.
Así, y cuando ya el día iba finalizando, la expedición vicentina regresaba a la capital del Turia después de una intensa jornada de hermandad, cultura y disfrute.