El Capítulo de Caballeros Jurados se reúne en oración una vez al mes. Unas veces en su capilla capitular de la Catedral, otras en la Celda de San Vicente Ferrer, otras en el edificio de Capitanía General, una en la capilla doméstica del palacio Arzobispal, y varias en la Casa Natalicia.
Faltaba un lugar muy significativo y faltaba alguien que es esencial en el alma de los Caballeros Jurados: María. A Ella consagramos nuestro rosario capitular y a Ella había que mirar en una de las misas capitulares. Así que se decidió que la primera misa capitular del año tendría lugar en el Camarín de la Basílica, y así ha sido.
Aprovechamos tan grata ocasión para que el Lloctinent General leyera un texto de dedicación y consagración del Capítulo a la Virgen de los Desamparados, y tras la lectura del acuerdo del Consell de Cavallers, por el Escrivá del Capítulo, coronel Esteban González, le fue entregada al canónigo y Rector de la Real Basílica Prof. Dr. Jaime Sancho, la Medalla Conmemorativa de la Fundación del Capítulo, por sus innumerables méritos pastorales, culturales y de protección de la devoción a San Vicente Ferrer y el patrimonio vicentino.
Foto: Manolo Guallart