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Este año se cumple el 45 aniversario de la llegada a Valencia del brazo de San Vicente Mártir, Patrón de la ciudad, y cuya festividad se celebra hoy en recuerdo de su muerte martirial el 22 de enero de 304. Estos fueron los acontecimientos que nos devolvieron la preciada reliquia.

"En un momento no determinado entre los años 1083 y 1105 el obispo mozárabe valenciano Teudovildo peregrinó desde Valencia a Tierra Santa llevando consigo la reliquia del antebrazo y la mano izquierda de San Vicente Mártir, cuyo cuerpo se custodiaba en el monasterio de la Roqueta y era objeto de devoción pese a la dominación musulmana. Llegado a la ciudad italiana de Bari, el Obispo  enfermó de muerte y dejó la reliquia en manos de Elías, arzobispo de aquella ciudad.

Fallecido Teudovildo al poco tiempo, en torno a 1104, fue sepultado en la cripta de la basílica de Bari en un sepulcro cuya lápida fue encontrada en 1957, mientras que el brazo  del  mártir aragonés fue guardado por el prelado barés en la basílica de San Nicolás. A principios del siglo XV el brazo incorrupto pasó al convento de Santo Domingo ‘di castello' de Venecia y allí permaneció hasta principios del siglo XIX. Al producirse la dispersión de aquella comunidad religiosa el brazo se salvó, llegando finalmente a poder del erudito e investigador italiano Pietro Zampieri, domiciliado en Vigonovo, población de la misma provincia donde había permanecido la reliquia durante cuatro siglos. En 1966 Zampieri llegó a nuestra ciudad para ofrecer al Cabildo Metropolitano y al Arzobispo Olaechea la reliquia vicentina, que deseaba tornara a Valencia. No obstante, D. Marcelino Olaechea había renunciado por edad ante Pablo VI y en esas circunstancias de sede vacante, a lo que se añadía la poca documentación aportada por el donante, el asunto quedó sin solución inmediata.

Posteriormente, Zampieri insistió en su ofrecimiento, esta vez ante el Vicario Capitular  D. Rafael González Moraleja, con un nuevo rechazo por parte del Palacio Arzobispal,  considerando insuficientes las acreditaciones técnicas. En aquella ocasión el científico italiano fue recibido por el alcalde Rincón de Arellano y Juan Martí Belda, Lloctinent General del Capítulo de Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer, quien se percató de la importancia del ofrecimiento de Zampieri y percibió el rigor de sus informes no obstante, pidió a don Pietro que fundamentara documental y técnicamente la autenticidad de la reliquia, criterio que compartió con el sacerdote don Vicente Castell, a quien el Arzobispado delegó para el seguimiento del asunto.

Impulsado Zampieri por el Capitulo y tras dos años de investigaciones y estudios en Italia, la documentación histórica oficial y científica reunida por el donante se consideró suficiente por el Arzobispado de Valencia y por el Ayuntamiento para otorgar a la reliquia su autenticidad canónica e histórica.

El Dr. Humberto Scarpis, el Prof. Dr. Clemente Corrain y el Prof. Dr. Giovanni Dogo de la Universidad de Padua, habían estudiado en profundidad la reliquia y de su informe se pueden extraer detalles de cómo fue la muerte del mártir. En el momento del martirio ordenado por el praeses Daciano, Vicente era  un joven de 25 a 30 años y de aproximadamente 1,72 m de altura, que no había ejercido trabajos manuales pesados. Sus quemaduras, muchas necrosantes, afectaron del 15 al 20% de su cuerpo, aunque no por fuego vivo de llamas, sino por contacto con objetos candentes –probablemente unas barras de hierro cruzadas formando como una parrilla sobre una masa de carbón ardiente­ produciéndole unas quemaduras de profundidad que no llegaron  a anular  las terminaciones nerviosas, por lo que hasta la muerte sufriría de un intenso dolor. Se concluye también que el cuerpo fue tratado con bálsamos, de ahí el estado de momificación dela reliquia. Como consecuencia de las heridas y quemaduras del contacto con lugar insano y de las mismas sustancias que se le aplicaron tras su asadura, Vicente contrajo una infección que le llevó a la muerte en pocos días, el 22 de enero de 304. El documento de donación y aceptación del brazo -a cuya mano le faltan los huesos carpianos y metacarpianos, el dedo pulgar y las dos falanges extremas del dedo meñique, extraídos como reliquias­ fue firmado el 22 de enero de 1970. En los meses que siguieron el Lloctinent General Maní Belda y varios Caballeros Jurados, entre ellos el canónigo Vicente Castell, participaron decisivamente en comisiones preparatorias y organizaron el viaje a Italia así como los actos de recepción de la reliquia en Valencia.

En octubre de aquel mismo año un buque llevaba hasta Padua al Lloctinent General Vicente Castell -con delegación episcopal-, y otros Caballeros Jurados. La peregrinación marítima integrada por esta fervorosa comisión y algunas autoridades llegó a Padua donde fue recibida por el Dr. Zampieri y se realizó el acto de entrega del brazo del santo mártir, que llegó a Barcelona el 15 de octubre, custodiado por los Caballeros Jurados y el resto de la delegación valenciana.

Con-el-brazo

El Caballero Jurado Ramón Sebastiá esperaba en Barcelona y desde allí hasta el Puerto de Sagunto la reliquia viajó portada por el canónigo y Caballero capitular Vicente Castell en el coche de Sebastiá, pero al llegar al puerto saguntino, fue criterio del Dr. Castell y del Sr. Sebastiá que en beneficio de la seguridad de la reliquia era más conveniente llevarla a Valencia, donde pasó la noche celosamente guardada y vigilada en el domicilio de don Ramón Sebastiá.

A la mañana siguiente, día 17 de octubre, ambos Caballeros, acompañados por el también miembro del Capítulo, General Luis Gascó, se trasladaron al Puerto de Sagunto, donde Ramón Sebastiá subió la reliquia a la fragata española 'Sarmiento de Gamboa” y fue colocada en una cámara del buque, donde fue custodiada y venerada por el Lloctinent General Martí Belda, los Caballeros Jurados, autoridades presentes y toda la dotación del buque que, antes de zarpar, desfiló ante la urna que contenía el brazo de San Vicente, al que esperaba un triunfal desembarco."

Estos son los hechos, y de ellos se desprende que sin la intervención del Lloctinent General Martí Belda y el Capítulo de Caballeros Jurados la reliquia no hubiese regresado Valencia.

José Fco. Ballester-Olmos

Lloctinent General